La Trenza de Almudévar, de Pastelería Tolosana, ya forma parte de la Lista Representativa de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO
¡Inocente, inocente! Para los que no vayan a seguir leyendo: ¡Se trata de una broma por el Día de los Inocentes!
La Organización de las Naciones Unidas por la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha declarado esta semana La Trenza de Almudévar como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Un tradicional dulce, original de Pastelería Tolosana, que forma parte de la tradición culinaria de la Hoya de Huesca y al que se le reconoce a partir de ahora con este honorable título. La decisión ha sido adoptada por el Comité del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO reunido esta semana en Rabat (Marruecos). Con este reconocimiento se pone en valor un producto gastronómico aragonés que forma parte de la tradición y el orgullo de la comunidad autónoma.
El patrimonio cultural inmaterial, según la definición de la propia UNESCO, «incluye prácticas y expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes escénicas, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional» y, por supuesto, las tradiciones culinarias.
LA TRENZA DE ALMUDÉVAR Y SUS 40 AÑOS DE HISTORIA
La Trenza de Almudévar nace en la panadería que antaño regentaba la familia Tolosana, llamada Horno de la Cruz, en la década de los años 80. Se trata de una pieza de bollería hojaldrada rellena de yema, nueces, almendras fileteadas y pasas maceradas en ron. La idea de este dulce tan original surge del intercambio de proyectos y recetas entre unos pasteleros amigos de la familia que habían tenido éxito con un postre hojaldrado cuya elaboración estaba inspirada en piezas elaboradas en Europa central, concretamente Alemania y Austria. En Pastelería Tolosana durante todos estos años se ha ido adaptando y dando forma a este dulce hasta dar con la trenza que conocemos actualmente, estableciéndose así la receta original que queda en manos de la familia. Este es uno de los motivos más relevantes por los que la Convención ha otorgado este título a la Trenza de Almudévar, uno de los elementos que reconoce como Patrimonio Cultural Inmaterial es precisamente las técnicas artesanales tradicionales, como lo es la propia elaboración de la trenza
Además, los bienes culturales o naturales deben ser únicos e irremplazables, y tener condiciones de integridad y autenticidad, así lo establece la propia Organización. La Trenza de Almudévar se adapta a este requisito gracias a su elaboración única y tradicional que parte de una masa madre, mantenida durante muchos años y que sirve de cultivo de los fermentos para el resto de masas de Pastelería Tolosana. Esta masa madre de larga fermentación es imprescindible en la elaboración porque le proporciona un sabor y aroma característico. Se trata de una masa hojaldra con un 20% de mantequilla de procedencia francesa, que laminan hasta formar dieciséis capas. Posteriormente, se rellena con las nueces, almendras y pasas bañadas en ron y se deja fermentar cinco horas antes de hornear y pintar con la glasa que le aporta brillo y una corteza crujiente. El proceso de elaboración dura entre 48 y 72 horas.
Uno de los principales objetivos por los cuales se otorga el título de Patrimonio Cultural Inmaterial es precisamente para salvaguardar el patrimonio cultural de una región, en este caso, preservar la tradición culinaria de la Trenza de Almudévar en la península y expresamente en el territorio aragonés.
A día de hoy, la Trenza de Almudévar es el dulce más conocido de Aragón y, en Pastelería Tolosana, no paran de innovar y hasta venden trenzas saladas actualmente para seguir desarrollando su historia y su patrimonio.
OTRAS COMIDAS DECLARADAS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Como todos sabemos, la UNESCO otorga este importante reconocimiento a monumentos y ciudades históricas, pero también a las fórmulas gastronómicas que permanecen en la cultura de una región a lo largo del tiempo. Es por ello, que al igual que podemos encontrar una lista donde se enumeran todos los monumentos declarados como patrimonio de la humanidad también podemos encontrar una lista donde se destacan estas comidas tan representativas de algunas regiones y culturas.
Pizza Napolitana. Las primeras referencias que se conservan sobre esta pizza datan del año 1715, cuando esta receta solo constaban de una masa de pan recubierta de salsa de tomate, ajo, orégano y acetite de oliva. Posteriormente se le añadieron la mozzarella y la albahaca hasta dar con la pizza que conocemos hoy en día.
Kimchi Coreano. A pesar de ser un plato de un aspecto poco apetecible, el kimchi está considerado como una de las comidas más saludables del mundo. Está basado en la técnica de fermentación con vegetales, tales como el pepino, la col china y el nabo, a los que se les añade salsa de ajo, jengibre o chiles y sal. Normalmente se sirve de guarnición junto a un plato de arroz.
Café Turco. No es como el café que solemos tomar en España cada mañana, se trata de un tipo de café muy concreto llamado arábigo molido, su consistencia es similar a la de la harina, y se sirve con un poco de agua fría y azúcar. Se bebe en una pequeña taza y se acompaña de una delicia turca.
Pan de Jengibre. Esta receta lidera la gastronomía de Croacia desde el siglo X y desde entonces se ha convertido en una tradición gastronómica navideña en todo el mundo.
Washoku. Se traduce como «cocina japonesa tradicional» y ha sido reconocida con este título por ser una cocina que respeta la naturaleza y el uso sostenible de los recursos naturales incluyendo ingredientes tan saludables como el arroz, el pescado, los vegetales o las plantas silvestres comestibles.
Dieta mediterránea. Destaca por sus ingredientes saludables como el aceite de olvida, la fruta de temporada, el pescado fresco y los quesos caseros. Algunos de los países que disfrutan de los beneficios de esta dieta son Grecia, Chipre, Croacia, Portugal, Italia, Marruecos y, por supuesto, España.
La «harissa». Se trata de una salsa nacional originaria de Túnez y popular en todo el Magreb que se ha sumado también este año a la lista cultural inmaterial de la UNESCO. Una preparación tradicional del popular aderezo picante, omnipresente en la comida magrebí.
Baguette. Su creación se remonta a los años 20 tras la aprobación de una ley laboral que prohibió trabajar antes de las 4 de la mañana, de esta forma los panaderos crearon una barra más estrecha, más larga y con un menor peso que las antiguas hogazas.
HISTORIA DE LOS TÍTULOS
Estos títulos de Patrimonio de la Humanidad o Patrimonio Cultural Inmaterial nacieron en la década de 1970 y 1990, respectivamente. El motivo de su creación fue el de preservar, dar a conocer y catalogar la relevancia cultural e histórica de lugares, monumentos específicos, obras de literatura, música, etc. Las Islas Galápagos, el Parque Nacional de Los Glaciares en Argentina, el santuario histórico de Machu Pichu, la Catedral de San Basilio en Moscú, El Lazarillo de Tormes, La Divina Comedia, la pizza Napolitana y ahora, la Trenza de Almudévar, son algunos de los afortunados.
Si has llegado hasta aquí, queremos contarte que, aunque nos encantaría que esta noticia fuera cierta, se trata de una inocentada. ¡Feliz Día de los Santos Inocentes!