El jueves 10 de julio, Víctor Ruberte Cirisuelo, cofundador de Zaragozana de Distribución (Zadisa), fue objeto de un emotivo homenaje sorpresa organizado por Heineken España junto al equipo humano de la empresa aragonesa. Este reconocimiento puso en valor tanto su perfil como persona y profesional de valores, como su papel de ejemplo e inspiración en el sector de la distribución de bebidas.
Víctor Ruberte Cirisuelo fue uno de los socios fundadores de Zadisa cuando la empresa se constituyó en octubre de 1988. Lo que comenzó como una modesta distribuidora con tan solo dos marcas –Fontvella (agua) y Águila (cerveza)– se convirtió en 37 años en un referente de la distribución y comercialización de bebidas en Aragón, siendo actualmente proveedor de la mayor parte de los establecimientos de hostelería y alimentación de Zaragoza y Huesca.
Un empresario visionario y un equipo humano excepcional
La trayectoria de Ruberte se caracterizó por su capacidad de adaptación y visión de futuro. Bajo su liderazgo, Zadisa evolucionó desde sus humildes inicios hasta convertirse en una empresa que apostó por la innovación tecnológica y los procesos de gestión más avanzados del sector. «La intensificación del uso de las nuevas tecnologías y la colaboración entre los distintos eslabones de la cadena de suministro fue la apuesta de Zadisa para adaptarse a un sector con hábitos de consumo y exigencias logísticas tan cambiantes», recordaron durante el acto.
El secreto del éxito de Zadisa ha residido en gran medida en el excepcional equipo humano que ha sabido crear Ruberte a lo largo de estas décadas. «Juntos fuimos más que un distribuidor, porque representamos a las marcas al sentirlas como nuestras. Somos unos apasionados de los colores que lucen nuestros camiones. Somos un pilar clave, fuerte en la hostelería de nuestras ciudades, Zaragoza y Huesca», destaca María Angeles Ruberte, actual gerente de la empresa.
Una alianza de casi cuatro décadas con Heineken
Heineken fue uno de los principales proveedores de Zadisa desde 1988, acompañando a la distribuidora aragonesa desde sus inicios. Esta relación comercial de confianza mutua fue testigo de la evolución de ambas empresas y del sector en general. De hecho, en los primeros años de Zadisa, la cerveza Heineken llegaba directamente desde Holanda en tráileres que transportaban 1.980 cajas, aunque curiosamente siempre llegaban con 1.979 porque una caja se quedaba invariablemente en la aduana.
La multinacional cervecera, que produce anualmente 181,3 millones de hectolitros y está presente en más de 70 países con 76.000 empleados, fue la impulsora de esta iniciativa de reconocimiento hacia Ruberte, valorando especialmente su perfil humano y profesional.
Valores que trascendieron el ámbito empresarial
Durante el acto, se recordó cómo Víctor Ruberte supo transmitir a lo largo de su carrera que «el negocio es el esfuerzo diario y que las grandes oportunidades solo se encuentran con el trabajo de cada día». Sus valores de servicio, calidad y confianza fueron las claves para garantizar relaciones duraderas con clientes y proveedores.
Antes de fundar Zadisa, Ruberte ya mostró su espíritu emprendedor y su compromiso social. A los 15 años, trabajando en Fundiciones Especiales de Zaragoza en Cogullada, propuso formar un equipo de fútbol llamado Zetaceros, acondicionando un campo de hierba próximo a la fábrica. Esta iniciativa fue especialmente notable teniendo en cuenta que en 1960 solo existía un campo de hierba en Zaragoza, el de La Montañanesa.
Anécdotas que marcaron una trayectoria
El homenaje sirvió también para recordar algunas de las anécdotas más curiosas de la trayectoria empresarial de Ruberte. En 1972, cuando tenía una explotación agrícola en Sagunto, Valencia, se enfrentó al reto de vender grandes cantidades de naranjas que no cumplían los nuevos calibres exigidos para la exportación. Su solución fue tan creativa como exitosa: envolvió las naranjas en papel con el diseño de las torres del Pilar y del Cachirulo, pero al ver que no se vendían al ritmo necesario, tuvo la brillante idea de cambiar el diseño por el escudo del FC Barcelona, que acababa de proclamarse campeón de invierno. El primer camión enviado a Barcelona fue un éxito rotundo, lo que le permitió no solo vender toda su cosecha, sino también comprar y comercializar la de todos los pueblos cercanos.
Una empresa que se adaptó constantemente
Durante el acto se destacó cómo Zadisa supo adaptarse a los cambios del sector a lo largo de sus 37 años de historia. La empresa ha ido implementando los más innovadores procesos de gestión de almacenes, lo que le permitió trabajar con mayor efectividad en un sector altamente competitivo y exigente. La compañía se ha ido adaptando a las necesidades personalizadas de sus clientes y realizando envíos garantizando las más estrictas condiciones de control que requieren los productos de alimentación.
Además se puso de manifiesto que este reconocimiento no habría sido posible sin todos los clientes que, a lo largo de estos 37 años, han hecho de Zadisa lo que es hoy: mucho más que una empresa distribuidora. Cada pedido, cada llamada, cada apretón de manos al entregar la mercancía ha representado un voto de confianza que ha permitido a la empresa crecer y consolidarse como el referente que es en la actualidad.
Los camiones de Zadisa, han encontrado su verdadero propósito gracias a cada uno de los hosteleros, restauradores, propietarios de bares, cafeterías y establecimientos de alimentación que han confiado en sus servicios. Estos clientes han convertido a Zadisa en parte fundamental del tejido económico y social de Aragón, transformando una empresa de distribución en un verdadero socio estratégico del sector hostelero.
El homenaje del jueves 10 de julio fue una oportunidad para reconocer no solo la trayectoria empresarial de Víctor Ruberte, sino también su calidad humana y su capacidad para crear un férreo proyecto empresarial basado en valores sólidos y un equipo humano excepcional que ha convertido a Zadisa en un referente del sector de la distribución de bebidas en Aragón.