El miércoles 23 de febrero, Restaurante Atípico organiza una cena solidaria a favor de Fundación Neuropolis que contará con una exposición entre platos por parte de su director, el Dr. Oliveros sobre la importancia de la gastronomía en la creación de recuerdos.
El menú creado por Oscar Ferrández, chef del restaurante Atípico, incluye el plato de la memoria, una propuesta creada en colaboración con la fundación y que fomenta la actividad neuronal.
El precio de la cena es de 35 € los cuales gracias al apoyo de proveedores y el propio local irán destinados íntegramente a esa fundación Neuropolis que investiga la demencia y el alzhéimer.
Atípico organiza el miércoles 23 de febrero de 2022 a las 21:00 horas una cena solidaria a favor de Fundación Neuropolis dentro de las acciones propuestas con motivo del quinto aniversario del restaurante. Este es el acto final de una serie de acciones que han puesto en valor la importancia de la gastronomía, de comer bien y comer bonito para activar la actividad neuronal.
En una colaboración continua con la Fundación Neuropolis que nació en diciembre de 2021, se creó en principio el plato de la memoria, un poke hawaiano que cuenta con cinco ingredientes, dados de atún, mango, fruto seco, aguacate y arroz frito y un elemento secreto de grandes cualidades. Durante este enero se adaptó a tapa para que el público lo tomara de forma más improvisada. Incluso se le acuñó un nombre, Ico de Tarento en homenaje al primer atleta de la historia conocido que llevó un régimen dietético para mejorar su rendimiento ya en la antigua Grecia porque su entrenador llegó a la conclusión de que mejorando la alimentación, mejoraba su rendimiento.
Y todo ello con un fin solidario ya que con parte de sus ventas se realizará una donación a la Fundación Neuropolis, para que sus investigaciones sigan mejorando el bienestar de las personas con enfermedades como la demencia o el Alzheimer.
Y para finalizar esta bonita iniciativa se organiza una cena solidaria este miércoles en su local situado en José María Lacarra 18-20 con un menú elaborado con los principios de la nutrición consciente y los valores de la neurogastronomía, bajo la supervisión de la Fundación Neuroplis y contando con la presencia del investigador y neurólogo quien explicará las bondades de la alimentación desde el punto de vista de la ciencia.
El menú creado por el chef Oscar Ferrández consta de un Nem de viera y gamba, pimienta asiática, manzana Granny Smith licuada y perfume de eneldo, Gyozas de pato fritas con caviar de brócoli con crema de coco y curcuma y el plato de la memoria, Ico de Tarento, todos ellos como entrantes.
Como plato principal el chef presenta un solomillo de vaca macerado en Kimchi y sake con escabetxe de arándanos y fresas, y como punto dulce, una torrija de brioche con helado de vainilla
La contribución de los asistentes con la compra de sus plazas irá intergramente a la fundación gracias a la colaboración de diferentes marcas que han contribuido con sus productos a la elaboración del menú
Así las empresas Gussto Subirón, Frutas y Verduras Isabel, Disproal, Pescados Raúl Vinos Azpilicueta y Ballantines serán los compañeros de esta noche mágica.
El importe de la cena es de 35€ y se puede reservar en este link directo o llamando al 610 408 414.
Mucho más que una colaboración
El rigor de la aportación y conocimientos del Dr. Antonio Oliveros, el director de la Fundación e investigado en los casos clínicos además de ser una referencia en enfermedades neurológicas, ha sido fundamental a la hora de transmitir a su gerente David Alvárez y a todo el equipo la importancia de los alimentos y su puesta en escena respecto a las enfermedades.
Entre todos ello, el neurobiólogo pone como ejemplo la cúrcuma, el azafrán, el ginseng y del Ginkgo biloba, porque “tienen propiedades muy parecidas en cuanto al efecto antioxidante y el efecto antiinflamatorio. Es más, administrados en dosis altas, se ha visto que tenían incluso algún efecto terapéutico similar al de algunos fármacos”.
La explicación es que el principio activo de la cúrcuma, que es la curcumina, tiene una serie de propiedades, sobre todo, antiinflamatorias y antioxidantes que son protectoras frente a enfermedades neurodegenerativas.
Y luego están las virtudes de la dieta mediterránea, comprobadas en un estudio realizado en Barcelona sobre una muestra de diez mil personas durante cinco años, donde se concluyó que el aceite de oliva, el ajo, la cebolla y los frutos secos son buenos para el cerebro.
Hay que tener en cuenta que, según los científicos, “en teoría, hablando del cerebro, el 30% de las calorías que ingerimos a lo largo del día deberían ser grasas: 65% de monoinsaturadas, 10% de poliinsaturadas y 15% de saturadas. Y resulta que la composición del aceite de oliva virgen es 71% de monoinsaturados, 8,8% de poliinsaturados y 14% de saturados. O sea, prácticamente la composición ideal para el cerebro”.
Bonito por dentro y bonito por fuera
A eso se une la neurogastronomía, el estudio de la sensación, percepción y recepción de los alimentos, un proceso neurológico que el Dr. Antonio Oliveros aclara con este ejemplo: “cuando te tomas una croqueta en el bar Manolo y dices: ‘ostras, me sabe igual que la que hacía mi abuela…’, eso sería neurogastronomía”.
Y la neurogastronomía también implica que no es lo mismo coger un trozo de atún y un poco de cúrcuma y un poco de azafrán y un poco de aceite de oliva y mezclarlo todo y comértelo, que eso te lo preparen de una manera que te estimule el gusto, el tacto, que incluso hasta el oído, como ocurre con el efecto crunch… Por ese motivo, la dirección de Atípico siempre busca un binomio perfecto crunch + punch (crujiente y atractivo) para sus propuestas.
Al final, la neurogastronomía supone fomentar la inteligencia culinaria, algo así como el mindfulness, la frónesis en castellano, aplicado a la gastronomía.