Tres platos han triunfado entre las 10 finalistas de “Quien tiene una madre tiene una receta”. ¿El ganador? El ternasco guisado con longaniza y espárragos de Miguel Navarro. La charlota de Teresa Jiménez y los garbanzos con callos de Jaime Linares se llevaron el segundo y tercer puesto respectivamente. Las tres recetas tendrán el privilegio de formar parte durante un año de la oferta gastronómica de La Tradicional.
La segunda edición del concurso de cocina amateur creado por La Tradicional, “Quien tiene una madre, tiene una receta”, ya tiene sus tres ganadores. Estos participaron en una final en directo celebrada el pasado domingo 12 de febrero en los fogones de La Milonga, el nuevo quiosco quiosco chill & grill del Grupo Tándem.
La elección no ha sido fácil, ya que los ganadores han sido seleccionados entre decenas de recetas iniciales y 10 finalistas. Todas ellas rescatadas de los recetarios tradicionales de cada hogar: esos platos típicos con los que nuestras abuelas nos llenaban el estómago y que han sido rescatados tras unos cuantos años de olvido en pos de otras recetas más sofisticadas.
El concurso La Tradicional
Los concursantes de este Masterchef aragonés han tenido que presentar sus creaciones ante un jurado profesional compuesto por Jorge Calonge, jefe ejecutivo del Grupo Tándem y ganador de varios premios gastronómicos; Javier Esteban, ganador de la edición del 2021; y Jannete Burbano, responsable de cocina de La Milonga y una gran conocedora de sabores, fusiones y producto autóctono. Pero no han sido solo ellos los que han podido probar las delicias tradicionales, sino que el propio público ha podido gozar de algún que otro bocado de las 10 recetas finalistas.
Como no podía ser de otra manera, las bases del concurso concuerdan con la esencia de La Tradicional. La firma de comida casera para llevar de Grupo Tándem: dar vida a platos caseros, de los que están hechos con amor, de los de toda la vida, de esos que han sobrevivido generación tras generación para dar voz a las recetas familiares únicas de cada hogar.
La decisión ha estado reñida no solo por las propuestas presentadas con gran mano en la ejecución sino por todos los discursos en los que se puso en valor la figura de nuestros padres y abuelos. La figura de nuestra cocina y de la cocina tradicional en nuestras vidas como un sello de identidad y un gesto emotivo, tanto que saltaron varias lágrimas al recordar a las grandes cocineras de nuestro pasado.
Finalmente, a las 12:30 horas se hizo entrega de los premios a los tres vencedores, que además del podio, se han llevado 300, 150 y 50 euros respectivamente. Se trata de un premio para gastar en La Tradicional, diplomas y una cuchara de madera de boj elaborada por Buxus Artesanía.
Así, el símbolo de haber participado en el concurso no solo se quedará guardado en sus propios fogones, sino también en el libro de recetas y en la oferta gastronómica de La Tradicional durante todo un año.
Los tres ganadores
El primer puesto se lo llevó Miguel Navarro con un ternasco en jarrete guisado acompañado de longaniza y espárragos. Se trata de un homenaje a la receta que, por méritos propios, triunfa en la casa de sus padres por los buenos recuerdos de las fechas señaladas en las que la cocinan, además de por su excelente sabor.
La charlota es el ganador del segundo puesto, un postre que realizó Teresa Jiménez mano a mano con su nuera. Ambas, amantes de la gastronomía, demostraron una destreza en la repostería que no solo enamoró al jurado, sino también a todos los presentes que pudieron probarla, al igual que los otros platos.
Jaime Linares, acompañado de su hija como pinche de cocina, se llevó el tercer puesto gracias a unos garbanzos con callos, pata y morro de ternera, compango asturiano, punta de jamón y esas especias como el laurel o el pimentón que le dan su sabor peculiar. Este, entre otros platos, ha demostrado que la cuchara ha regresado a las cocinas de grandes chefs y que sigue presente en las de nuestros hogares.
Las otras recetas finalistas
Literalmente hay para todos los gustos: carne, pescado, ingredientes autóctonos como el ternasco, verduras, hortalizas, legumbres… incluso postres típicos, como las torrijas de la abuela con las que no solo se disfruta, sino que se honra a nuestras antepasadas como lo hizo la charlota de Teresa.
El ternasco no mereció menos que un 2×1 en la final: el ganador de Miguel Navarro y el de la yaya Victoria, hecho con costilla y chuleta a la naranja. El sabor de la carne sigue presente, pues también hubo carrilleras al brandy con puré de patata y boniato.
Para los amantes del pescado, los calamares rellenos de jamón, salchichas, manzana y otros ingredientes estaban aliñados con su salsa pertinente a la sidra, mientras que las patatas con bacalao en salazón no se quedaron atrás. El pescado también apareció en las Barquicas del Ebro, unas endivias rellenas de gambón, puerro y nata, todo cocinado y decorado bajo unas deliciosas huevas de salmón.
También hubieron otros platos de cuchara además de los garbanzos con callos de Jaime, como por ejemplo el arroz de Ramón Jiménez “tres puñaos” , uno de habichuelas, uno de lentejas y uno de arroz, acompañado de un par de alcachofas, otro par de patatas, dos hojas de acelgas y algún que otro condimento más.