Argentina no sería Argentina sin sus empanadas y Zaragoza tampoco sería lo mismo sin Alma Criolla. Empanadas elaboradas con mimo, conciencia ecológica y productos locales es lo que ofrece este establecimiento con alma.
Con tres años de andadura, Alma Criolla se ha convertido en un rincón imprescindible en la ciudad aragonesa. Su fórmula de éxito: confiar y apostar por un producto que aquí no es tan conocido y compartir esa pasión con el mundo. Es lo que pensaron sus propietarias, Celina y Adriana, argentinas residentes en Zaragoza. Juntas emprendieron este proyecto con la idea de dar a conocer las empanadas argentinas en Zaragoza. Para ello, también tenían ellas que adaptarse al ritmo español y por eso plantearon Alma Criolla como un bar de tapeo, dónde celebrar el Juepincho o vermutear con los amigos, con sus típicas empanadas como protagonistas.
Cuentan con más de 20 variedades en la carta. Desde las tradicionales argentinas como la de carne suave o la humita (maíz, bechamel con cebolla y nuez moscada) hasta opciones vegetarianas o veganas como la Capresse o la de berenjenas. En cambio, la favorita del público es la de carne picante. Será por el proceso de elaboración de la carne, cortada a cuchillo (en vez de picada) para conservar su jugo y cocinada a fuego lento con el sofrito. Además, incluyen sabores nuevos en su carta y tratan de combinar la clásica empanada argentina con sabores propios de Aragón (con longaniza, pollo al chilindrón…). Muchas de ellas van cambiando con la temporada para ofrecer los mejores ingredientes de cada época del año.
Pero no solo cuentan con este plato de la gastronomía argentina, también ensaladas y un delicioso postre, la chocotorta. Inspirado en el popular tiramisú italiano, pero con galletas de chocolate, dulce de leche y queso de crema y lo mejor de todo. Este postre argentino ha sido considerado el mejor del mundo por Taste Atlas, basado en opiniones de críticos de restaurantes internacionales.
Si sus empanadas están tan buenas es por la calidad de los productos y su forma de cocinarlo. Sus dueñas, hacen hincapié en la calidad de la materia prima, en su mayoría con certificación ecológica. Se abastecen de productos locales provenientes del pequeño comercio de la zona y apoyan iniciativas que contribuyan a mejorar el sistema. Y ya sabes lo que dicen, el secreto está en la masa y en Alma Criolla tienen una muy diferente a la hojaldrada que cocinan en su horno, sin aceites ni fritos.
También sorprende el proceso que hay detrás de cada empanadilla, ellas mismas se encargan de todo el cocinado: asar los pimientos, las verduras, la mermelada de tomate… Además, cada sabor conlleva unas elaboraciones distintas, incluido el repulgue (arte de cerrar la empanada). Pero gracias al esfuerzo y mimo que ponen en cada paso consiguen una empanada saludable, ecológica y con un sabor… ¡irresistible!
Ahora, deben adaptarse a la situación actual y optan por pedidos a domicilio y servicio para llevar. Confían en que las empanadas, un producto fácil de transportar, de conservar y de comer en casa siga triunfando. Sus dueñas, se han sumado a la plataforma Zampate, una iniciativa sostenible y ética de reparto urbano en bicicleta y han lanzado promociones para «take away». Por ejemplo, 12 empanadas al precio de 10 o 6 empanadas al precio de 5 o al medio día, tienen 3 empanadas con un refresco.
Este establecimiento nos ha conquistado y se ha ganado un hueco en nuestros corazones (y nuestro estómago). No solo por ofrecer un producto distinto como son las empanadillas, sino también por su conciencia ecológica, el cocinado que hay detrás y el cuidado que ponen en cada detalle. Si todavía no has tenido la oportunidad de probarlo, ¿a qué esperas?